Venus,
un planeta raro
Luci Cruz Wilson
Durante
mucho tiempo, Venus fue considerado el planeta gemelo de la Tierra. No obstante, a partir de las continuas
visitas (a veces fallidas) realizadas
por sondas espaciales de distintos orígenes, se ha llegado a la conclusión de que Venus es en realidad un
planeta raro y que su parecido con la
Tierra se reduce sólo a su composición, masa, tamaño y tal vez estructura interna. Después de la Luna,
Venus es el astro más brillante de la
bóveda celeste nocturna, y dado que su órbita está dentro de la órbita terrestre (como Mercurio) y su
posición en el cielo nunca se separa del
Sol más de 47 grados (Mercurio 23 grados), puede verse tanto en el cielo occidental al atardecer,
como en el oriental al amanecer, por lo
que es conocido popularmente como lucero de la mañana o de la tarde.
Venus
es el único planeta del Sistema solar que no posee campo magnético ni hay indicios de que haya habido
alguno. Marte tampoco lo tiene, pero
hace cinco años, la sonda espacial estadounidense Explorador Global Marciano (Mars Global
Surveyor) encontró en él campos
magnéticos residuales, que indican que en algún momento de su historia los tuvo. A diferencia del resto
de los planetas, en la superficie de
Venus no hay una gran cantidad de huellas de impactos de meteoritos u otros objetos cósmicos; las que
se observan tienen, a lo más, una edad
de unos 500 millones de años, lo cual sugiere que la corteza actual de Venus tiene aproximadamente
esa edad. Para los especialistas esto
indica que algo pasó en aquel entonces ya que su edad debe ser similar a la de la Tierra,
alrededor de 4,500 millones de años. Una
de las hipótesis que se manejan para explicar este fenómeno es que la corteza venusina podría estarse
regenerando de manera repetitiva, y que
si esto es así, lo que se observa actualmente refleja los efectos de su última renovación. Asimismo,
Venus posee un movimiento de rotación
retrógrado, es decir contrario al movimiento de rotación de la Tierra. En 2001, Alejandro Correia y
Jacques Laskar, del Astronomie Systemes
Dynamiques, Francia, publicaron en la revista Nature la hipótesis de la causa del movimiento retrógrado,
sugiriendo que en un principio el
planeta giraba "normalmente", pero que la densa atmósfera empezó a
frenar por fricción al planeta hasta detenerlo y hacerlo girar en sentido retrógrado.
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